Al mismo tiempo
 

Al mismo tiempo

Después de la pérdida de la isla de Malta, muchos Caballeros fueron bienvenidos y encontraron refugio bajo el Zar Pablo I de Rusia, Protector de la Orden. A pesar de las reservas expresadas por el Papa a la nominación de un Ortodoxo, los Caballeros refugiados, juntamente con los Caballeros del Priorato Ruso, eligieron a su Protector el Zar Pablo I como Gran Maestre del Orden.

El 9 de Febrero del año 1803, el Papa Pio VII decidió nominar Gran Maestro al Bailio Juan Bautista Tommási di Cortona. La nomina de di Tommási no fue aceptada por los Caballeros esparcidos por Europa.

Como resultado de estas y de otras vicisitudes históricas y políticas, el viejo tronco del arbol del Orden se separó en varias ramas, entre las cuales se encuentra la rama patrocinada por el Vaticano, generalmente conocida como SMOM.

La Reforma Protestante provocó la escisión de los Caballeros en los paises nordicos. En Alemania, el bailiato de Brandemburgo, establecido en el año 1318, se separó del Orden durante la Reforma, y despues de haber estado bajo el protectorado de los Principes Electores de Brandemburgo, en 1810, vió sus bienes confiscados por el Rey de Prusia Federico Guillermo III. En el año 1812 fue restaurado como Orden Civil de San Juan. Bajo la proteccion del Rey de Prusia Federico Guillermo IV, quien el 15 de Octubre del año 1853 anuló el edicto de 1812, fue reconstituido el antiguo Bailiazgo de Brandemburgo, que actualmente es conocido como “Johanniterorder.”

En Inglaterra, donde existian los Prioratos de Inglaterra, Irlandia y Dacia desde el año 1445, estos vieron confiscados sus bienes en 1545, después del cisma. En el 1831 fue constituido un Gran Priorato del Inglaterra del Orden de San Juan, compuesto de anglicanos, que en el año 1858 asumió el nombre de Orden del Hospital de San Juan en Inglaterra, cuyos jefes, soberanos y protectores son los Reyes de Inglaterra. El Orden está abierto a los cristianos de todas las confesiones.

El Orden cesó las funciones militares que contribuyeron a su altisimo reconocimiento por más de siete siglos y retornó a sus origenes hospitalarios de asistencia y de ayuda a los miembros menos afortunados de la sociedad. En el transcurso de esta, su nueva marcha a traves de la historia, el Orden ha recogido nuevos laureles, quizás no menos gloriosos que aquellos conseguidos en el pasado en los campos de batalla o en las luchas navales.

La Federacion tiene un profundo respeto por todas las otras ramás del Orden y por su autonomia. Sin embargo, esta siempre dispuesta a estrechar las manos en un signo de amistad fraterna y cristiana, y desea profundamente que los Caballeros de Malta, activos y presentes al rededor del mundo, se sientan todos unidos por su misión común.

El Orden, a traves de las guerras, de los asedios, de las di-ficultades historicas, de las reformas y las transformaciones, continua su marcha a traves de la historia, casi sin un cambio, menteniendo siempre una coherencia ideológica interna, una preeminencia politica y un considerable prestigio. Es siempre como una bandera nunca amainada.

Desaparecen los hombres, sus debilidades y sus ansias; desaparecen los grandes y los miserables, los heroes y los villanos, los vencidos y los vencedores. Perduran tan solo los fulgidos ejemplos de caridad de los Caballeros de Malta. Y en tanto, el Orden, quizas nunca ha sido tan poderoso, tan prospero, tan conocido o tan respetado en todo el mundo, como lo es hoy.

Los tiempos cambian, pero una brillante antorcha de fe, continua inmutable: “La gloriosa cruz blanca octogonal”.